¿Has escuchado sobre el fotoenvejecimiento?, ¿sabes de qué trata?, ¿sabes cómo evitarlo? No te preocupes, aquí te lo explicamos.
El fotoenvejecimiento es el deterioro gradual e irreversible del colágeno, la elastina y otras fibras que dan estructura a la piel y la mantienen lisa, es decir, esa es una de las causas de las arrugas y de las manchitas que la gente llama “de la edad”.
Y no dicen mal, porque la causa del fotoevenjecimeinto es exactamente ¡la edad! pero se acelera por las radiaciones solares si hay una exposición frecuente al sol. A pesar de que el sol es una fuente de energía que, entre otros beneficios, ayuda a sintetizar la vitamina D, una exposición prolongada y repetida puede causar daños en la piel como arrugas más profundas y manchas, además de posible cáncer de piel. Aunque es irreversible e inevitable por el factor edad y genético, si podemos controlar la exposición al sol para retrasar los signos de envejecimiento.
Los principales síntomas del fotoenvejecimiento pueden observarse con más frecuencia en las zonas del cuerpo más expuestas al sol:
- Tacto seco y áspero (xerosis).
- Falta de elasticidad.
- Arrugas gruesas y surcos (líneas profundas).
- Pigmentación irregular.
- Surcos profundos de la piel, especialmente visibles en la cara y la parte posterior del cuello.
- Queratosis actínicas. Lesión de color rojiza, blanquecina o rosada, elevada, con sequedad y a veces costras.
- Alteraciones como pequeños bultos elevados y lesiones similares a las ampollas.
- Manchas marrones en la cara.
¿Sabías que el fotoenvejecimiento tiene fases?
- Leve. Más común de los 28 a los 35 años. Se caracteriza por arrugas y líneas iniciales.
- Moderado. Desde los 35 a los 50 años. La piel muestra arrugas más visibles y queratosis actínicas (zonas ásperas de la piel).
- Avanzado. Propio de los 50 a los 65 años. Arrugas y líneas aún más marcadas. Hay también lesiones actínicas, queratosis y/o lentigo (manchas localizadas).
- Severo. Se da de los 60 a los 75 años. Se caracteriza por arrugas profundas y persistentes y abundantes lesiones cutáneas.
Después de todo esto seguro te preguntas, cómo evitarlo. La mejor arma contra el fotoenvejecimiento y las posibles lesiones derivadas de él, es la prevención: evita o reduce la exposición a las radiaciones solares y protégete correctamente tu piel con algún fotoprotector.
¡Cuídate! ¡Queremos para ti, la mejor piel! Y no lo olvides, da el tercer paso: ¡Fotoprotección!
P.S. Aquí te dejamos algunos ejemplos con los que te puedes cuidar: