Se tiene la idea errónea de que una piel deshidratada es lo mismo que una piel seca… pues no es así. La piel seca se refiere a la piel carente de sebo o grasa, mientras que la piel deshidratada tiene poca agua.
Cualquier tipo de piel puede tener deshidratación, ya sea mixta, grasa o seca. Además, la deshidratación es pasajera y se puede revertir tomando agua frecuentemente y con algún tratamiento dermatológico que ayude a la piel a retenerla.
Los síntomas principales de una piel deshidratada es la sensación de tirantez persistente, sobre todo después de lavarla, la aparición de escamas, aspecto sin luminosidad y falta de suavidad y elasticidad.
¿Y cuáles son sus causas? Pues, como el nombre lo dice, la falta de agua, que es el principal factor; el ambiente, el estrés, usar productos cosméticos y de higiene muy agresivos, el tabaco y algunos fármacos, por ejemplo, los que son para el tratamiento del acné.
Cabe mencionar que es muy importante mantener una piel bien hidratada para que cumpla eficientemente su función protectora y mantenerse saludable. Por eso, te queremos dar algunos ejemplos de productos que puedes complementar en tu rutina para mantener una piel bien hidratada: