El Ácido Salicílico se ha vuelto popular para tratar las imperfecciones ya que tiene un efecto seborregulador, alivia el acné al reducir la hinchazón y enrojecimiento y abre los poros de la piel obstruidos, lo que permite que las espinillas se sequen.
El principal beneficio del ácido salicílico es que elimina y descongestiona el sebo de los poros, por lo que la gran mayoría de tratamientos anti-acné lo contienen ya que, además, es considerado un buen ingrediente anti-manchas y también es buenísimo a la hora de limpiar el rostro, pues es un buen exfoliante que logra penetrar en la piel de forma efectiva.
Como dato adicional, es un gran aliado para prevenir los vellitos incrustados (foliculitis), ya que al aplicarlo con constancia nos permite mantener la piel exfoliada facilitando así la salida del pelo.
Y así como trata la piel grasa en el rostro, también puede tratar el cuero cabelludo graso, combatiendo la caspa y limpiando a profundidad.
Lo ideal es utilizar este ácido de manera gradual, o sea, un par de día al comenzar e ir aumentando la frecuencia con el paso del tiempo para que la piel pueda adaptarse, ya que, de lo contrario puede llegar a irritar y secar de más la piel, provocando más sebo y acné.
¿Sabías que se obtiene de la corteza del sauce y es la materia prima para obtener la aspirina, que en esencia es ácido acetilsalicílico? ¡Así es! Se consiguió emplear el ácido salicílico en la cosmética y en la salud de la piel, sobre todo, para prevenir y aliviar afecciones cutáneas.